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martes, 25 de diciembre de 2007

Discurso de la marcha del silencio en memoria de Pelusa Liendro

DISCURSO MARCHA DE SILENCIO EN MEMORIA DE PELUSA LIENDRO

Como representantes de la comunidad GLBT salta, del Grupo de Trans Salteñas, y de la Familia Liendro, nos encontramos esta noche, tras marchar en silencio por el crimen de Pelusa Liendro para decir estas palabras:

Pedimos a las autoridades que se esclarezca el asesinato de Pelusa, y que las muertes de chicas trans y su impunidad no ocurran más. Pedimos JUSTICIA y que aparezcan los culpables. Porque no pueden existir esta clase de delitos, no puede existir más inseguridad en las calles.
Hoy falta Pelusa hace un año. Ella luchaba por salir tranquila a la calle, luchaba para que no sean detenidas arbitrariamente ni ella ni sus compañeras.
Se concientiza sobre la necesidad de denunciar cada una de las violaciones a los derechos humanos.
Puso a prueba su ingenio para reaccionar ante las injusticias que tenían que sobrellevar todos los días.
Trabajó como militante y activista social, y tuvo el coraje para enfrentar los golpes arteros que se iban recibiendo, acosos reiterados por parte de la entidad policial y amenazas constantes a la vida.
Tuvo que cargar con el peso de una lucha que documenta numerosas muertes de chicas trans.
Luchaba en contra de acusaciones injustas, contra acosos y maltratos que implican pagar dinero para poder estar en la calle, y gastos innecesarios para tener que defenderse de esas acusaciones, y toda una forma de vida alterada por el solo hecho de sentirse diferente y ser consecuente con ese sentir.
No se habla de un mundo cruel, donde la violencia y la total falta de consideración por la condición humana de una persona agudizan un estado general de abandono y postración en vida del sector trans, que deben correr un sinnúmero de riesgos para subsistir, exponiendo no solo su cuerpo, sino también su propia condición de seres humanos con sentimientos, soportando vejaciones y humillaciones de una sociedad que las segrega y estigmatiza, asociándolas generalmente con el crimen y la vida disipada e irresponsable.
Además de lidiar con la inseguridad de las calles, los malos policías se presentan para extorsionarlas, para abusar de ellas aún más y aprovecharse de ellas. Por ello viven y sobreviven entre dos clases de abusos: el que viene de la demanda sexual prepotente y el que viene de las autoridades corruptas.
RECLAMAMOS SEGURIDAD. Es imposible vivir cuando uno espera una agresión en cualquier momento, donde cada día puede ser el último, donde no se sabe quién va a resultar muerto ese día. Se produce un grave trauma psíquico que redunda en la salud física y mental de las personas y de toda la sociedad.
Nadie debería pensar en que el próximo momento puede resultar una tragedia. NADIE debería pensar dos veces antes de salir a la calle porque puede ser asesinado o asesinada. NADIE debería temer atender el teléfono por miedo a ser amenazado o amenazada o por miedo a caer en una trampa que termine en la muerte.
RECLAMAMOS IGUALDAD que nos permita ser a todas y todos diferentes. RECLAMAMOS la igualdad ante la ley, una igualdad jurídica que nos garantice un trato no discriminatorio. EXIGIMOS la igualdad de derecho base de todo estado democrático y los mismos derechos para todos.
Los medios de comunicación aunque pretendan manejar a la opinión pública, y aunque pretendan inclinar el pensamiento y la actitud de las personas, no van a poder pugnar con la JUSTICIA y la VERDAD. A Dios no puede mentírsele.
El modelo económico imperante en el país desde hace décadas, lejos de cumplir su promesa de bienestar social y dignidad para todos, provocó que sectores como el trans presenten un incremento cuantitativo de la oferta sexual, además de aumentar la inseguridad, la falta de trabajo y dignidad y los abusos y muertes, lo cual refleja el abandono absoluto que se tiene del capital humano.
La sociedad argentina y salteña, tras profundas crisis económicas y sociales, hoy no puede hacer oídos sordos ante cualquier reclamo de JUSTICIA. Ante una necesidad tan básica como la de un padre, una madre y una familia que necesitan saber quién mató a su hijo. Ante la posibilidad de que cualquier persona pueda morir impunemente de un ataque y que ello se calle en el silencio de una ciudad entera y en el silencio de la inoperancia y la falta de reacción por parte de los responsables en conducir una investigación.
La sociedad reacciona ante estos hechos para que no ocurran nunca más, y para que se cambie la inseguridad, la incompetencia y los abusos por tranquilidad y justicia.
RECLAMAMOS libertad. Lo que niegan la ley de contravenciones y la ley orgánica de la policía, que acuden al escándalo en la vía publica para criminalizar el travestismo y el transgénero e incluyen artículos abiertos como el “atentado a la moral y las buenas costumbres” con los que la policía persigue, reprime y coimea hasta el día de hoy.
Las “buenas costumbres” de las que pretenden valerse policías, funcionarios y jueces no son sino un cúmulo de prejuicios en torno a la identidad trans que deriva en tratos discriminatorios, persecuciones, abusos, apremios ilegales y muertes.
Pelusa, llegar adonde vos querías sigue siendo una odisea, pero no es un imposible por el que no sigamos firmemente en nuestra lucha.
Pelusa, queremos decirte que tu vida no fue en vano, y que buscaremos hasta encontrar a los responsables de tu asesinato para que puedas descansar en PAZ, y para que todos podamos volver a creer en un mundo más confiable y seguro y en una sociedad más justa.
MUCHAS GRACIAS

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